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El presidente Herzog decia: «esto demuestra que judíos y árabes saben cómo trabajar juntos» en pro del Estado de Israel. Y los medios locales en Brasil se negaban a creerlo, mientras que en Israel la gente festejaba.
Muchos podrán decir (y con cierta cuota de razón) que se trata de una competición de segundo orden, pero esto no le quita ningún merito a una selección de futbol de Israel, que participa por primera vez de este torneo y llega a semifinales dejando por el camino a nada mas ni nada menos que al seleccionado de Brasil.
El partido enfrentó a dos equipos con estilos de juego distintos. Brasil, conocido por su fútbol vistoso y ofensivo, ingresó al partido como favorito. Israel, ansioso por desafiar al formidable equipo brasileño, buscaba mostrar sus propias fortalezas y destrezas tácticas.
