Créditos de las imagenes: Itamar Grinberg & Ministry of Tourism.
El Mar Muerto es uno de los lagos más salinos en la tierra ( 340 g / litro de salinidad ) y es 10 veces más salado que los océanos. Pero un hongo de este mar salado podría terminar con el hambre en el mundo.
Sólo un grupo selecto de los microorganismos son capaces de sobrevivir en este estrés causado por la alta concentración de sal inusual y composición iónica.
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Eurotium Rubrum es la especie de hongos más comunes de agua del Mar Muerto.
Su tolerancia a la sal de E. rubrum es el resultado de una complicada red de muchos genes y vías que interactúan entre sí.
Un número de genes implicados en la tolerancia al estrés osmótico se han identificado.
La secuencia completa del genoma permitirá el análisis de la estructura y el mecanismo de la tolerancia al estrés de los hongos.
Los recursos genéticos en el Mar Muerto podrían ser potencialmente aprovechadas por la ingeniería de los transgénicos con mayor tolerancia al estrés, lo que permitirá impulsar la agricultura salina.
Esta aplicación es desesperadamente necesaria teniendo en cuenta el aumento de la desertificación y la salinización de nuestro planeta.
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Ahora un grupo de científicos ha descubierto las propiedades de este hongo capaz de resistir el elevado nivel de salinidad del mar Muerto, y que podría utilizarse para terminar con el hambre en todo el mundo.
Hasta no hace mucho se consideraba que el mar Muerto era incapaz de albergar ningún tipo de vida.
Sin embargo, hay ciertos tipos de organismos que prosperan en aguas con altos niveles de salinidad, como el hongo Eurotium Rubrum.
Eurotium rubrum es una especie de hongo filamentoso que se encuentra comúnmente en ambientes con alto contenido de humedad, como en alimentos almacenados, granos, plantas, y en suelos. Este hongo es conocido por su capacidad para producir pigmentos de color rojo y naranja, lo que le da su nombre.
Aunque Eurotium rubrum se encuentra en muchos lugares, no se considera un hongo patógeno para los humanos, y su presencia en los alimentos no se asocia con efectos nocivos para la salud. Además, algunos estudios han demostrado que los pigmentos producidos por este hongo tienen propiedades antioxidantes y antimicrobianas, lo que ha generado interés en su posible uso como aditivo alimentario.
Después de más de una década tratando de descodificar el genoma que hacía del E. rubrum un hongo excepcional, un grupo de investigadores de Israel, EE.UU. y Alemania anunciaron que ya han conseguido separar la secuencia de este genoma, abriendo así la posibilidad a crear super plantas que puedan resistir los altos niveles de salinidad.
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Según Eviatar Nevo, uno de los encargados de la investigación y profesor de la Universidad de Haifa, el E. rubrum es capaz de resistir en el mar Muerto porque sus células pueden evitar que la sal penetre en ellas mientras el organismo está activo, en comparación con otros hongos similares en la misma cantidad de agua, que entran en una especie de estado de hibernación en contacto con la sal.
«Hemos conseguido crear este genoma en la levadura y en el Arabidopsis, una planta con un genoma muy sencillo.
Todavía estamos muy lejos de decir que podemos aplicar este genoma a otras plantas, pero ahora que hemos descodificado el genoma, hemos dado un paso gigante hacia esto», explicó.
Una de las ventajas de crear super plantas resistentes a altos niveles de salinidad es que podrían ser cosechadas en zonas desérticas o regadas con agua de mar.
«Bajo el desierto a veces se encuentran grandes depósitos de agua salina que podrían aprovecharse para dar de comer a poblaciones que no tienen acceso a grandes depósitos de agua potable, y como las plantas también podrían resistir más tiempo sin agua, sería ideal para este tipo de zonas», aseguró Nevo.
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Sin lugar a dudas este logro científico es un avance de mucha trascendencia. Sin embargo, al parecer el camino por recorrer aún es largo para llegar al logro definitivo que marque el parteaguas entre la existencia de vastas zonas desérticas que han existido a lo largo de la historia del hombre sin ningún aprovechamiento, y el potencial hecho de que éstas se conviertan en grandes productoras de alimentos para la humanidad. Sólo habrá que alertar acerca de que ello no conduzca a ningún daño colateral al seguir la línea de producción de alimentos transgénicos que de algún modo conllevan alteración de su estado natural.
La aplicación de este desarrollo científico elaborando una tecnología de transgenia para dar origen a plantas resistentes a la sal para su cultivo masivo en zonas desérticas provistas de aguas saladas subterráneas, o en zonas costeras desérticas, podría permitir la conversión masiva de los desiertos en zonas verdes que cambiarían el clima, dando origen a lluvias incluso copiosas, que permitirían cultivos tradicionales de plantas naturales no-transgénicas para combatir las hambrunas que el cambio climático acelerado venidero, sea cual sea sus causas, antropogénicas o no, podría depararle a la humanidad a corto plazo.
La preocupación por los transgénicos ya me preocupa, los agricultores del mundo llevan siglos injertando plantas árboles y casi todo lo que se mueve o está parado, y nadie habla por eso de genéticas ni de adulteraciones, p.e., ¿de donde salen todos los colores del maíz?, . Haced el favor de no enredar tanto con los transgénicos.