Créditos de las imagenes: Valeria Zoncoll.
Dónde buscar la felicidad y cómo pueden ayudar los datos de las redes sociales a encontrar el lugar donde seamos mas felices?
¿Cuál es la conexión entre una ubicación geográfica y las emociones que provoca?
¿Qué lugares tienden a hacer felices a las personas y cuáles les causan dolor o tristeza?
Un equipo de investigación conjunto de Israel y los Laboratorios de Investigación AT & T ha descubierto que existe una correlación entre la ubicación y el estado emocional.
La investigación se realizó como parte del trabajo doctoral de Ben Galon, bajo la supervisión del Dr. Yaron Kanza, de AT & T Research Laboratories.
Ellos desarrollaron un método que analiza las publicaciones en las redes sociales, para mapear las emociones en un espacio urbano.
El mapa de emociones generado con esta tecnología presenta las emociones predominantes expresadas en varios lugares.
Dichos mapas tienen una variedad de aplicaciones posibles, que incluyen ayudar a los turistas a elegir lugares que se espera que generen felicidad o emociones románticas, o evitar lugares que despiertan emociones como la ira y el odio.
Usar los mapas permitiría a los planificadores urbanos identificar áreas que provocan emociones negativas y adaptarlas para generar otras emociones.
Los científicos sociales podrían aprender sobre la correlación entre el comportamiento de la comunidad y el medio ambiente, y usar esa información para identificar áreas que mejoran las emociones artísticas o que despiertan la ira que puede llevar al activismo político.
Hasta la fecha, los mapas de emociones se han basado en el monitoreo de voluntarios humanos equipados con un sensor que registra números como el pulso y la presión arterial.
Este enfoque limita en gran medida la cantidad de datos que se pueden recopilar.
Sin embargo, con el nuevo enfoque del equipo de investigación, los mapas se pueden generar a partir de un enorme volumen de datos.
En el marco de esta investigación, los investigadores correlacionaron la emoción a una ubicación mediante el análisis de publicaciones geoetiquetadas.
El algoritmo que desarrollaron les permitió identificar correlaciones significativas entre la emoción y una ubicación, al tiempo que filtraba las correlaciones aleatorias.
Los investigadores tuvieron que superar tres desafíos clave.
En primer lugar, las publicaciones en las redes sociales eran generalmente cortas, redactadas de manera descuidada y contenían expresiones, abreviaturas y jergas que desafiaban la caracterización precisa de las emociones.
En segundo lugar, se expresó un amplio espectro de emociones en cada lugar y, por lo tanto, era importante filtrar las correlaciones débiles y aleatorias de modo que solo se mantuvieran las correlaciones significativas.
Finalmente, para obtener resultados significativos en un corto tiempo, fue necesario un algoritmo rápido, capaz de consultar un inmenso volumen de datos.
El enfoque propuesto se evaluó en un grupo de decenas de millones de mensajes generados en la ciudad de Nueva York.
Los altos niveles de ira, por ejemplo, se identificaron en las estaciones de transporte público; la tristeza y la ira prevalecían en las escuelas secundarias; y la ansiedad a menudo se puede encontrar en los campus universitarios.
La felicidad se detectó mas en restaurantes y parques. Todas las emociones evaluadas prevalecieron en las áreas de teatros y cines.
Hubo algunas sorpresas, dijeron los investigadores, incluida la alta expresión de dolor en torno a la tienda insignia de Apple en Manhattan, y una alta frecuencia de expresión de rechazo y disgusto en una escuela secundaria especializada en diseño.
Según los investigadores sin embargo, «más investigaciones se centrarán en el análisis en profundidad de los resultados, en los esfuerzos por comprender las raíces de esta interrelación emoción-ubicación, y en la integración de un parámetro de tiempo a los nuevos mapas de emociones».
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