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Israelíes que han logrado «domesticar» y cultivar trufas desérticas.

Créditos de las imagenes: Ramat Negev R&D team.

Investigadores de Israel han logrado «domesticar» y cultivar trufas desérticas de forma controlada. El avance ha hecho posible recrear una simbiosis entre el hongo Terfezia boudieri, y el arbusto común del desierto Helianthemum sessiliflorum que ocurre de manera rara e impredecible en la naturaleza.

El arbusto ha sido declarado especie protegida, ya que las actividades de los cazadores de trufas hacen peligrar la especie. Uno de los objetivos de la investigación realizada tiene que ver con la preservación de esta especie.

Las trufas del desierto son hongos micorrízicos e hipogeos considerados un manjar. Sobre la base de caracteres morfológicos, hay tres especies de trufas del desierto que crecen en el en el desierto de Negev. Estos incluyen Picoa lefebvrei (Pat.), Tirmania nivea (Desf.) Trappe y Terfezia boudieri (Chatain), todos asociados con Helianthemum sessiliflorum.

Las trufas del desierto forman relaciones con sus plantas huéspedes, que habitan en zonas áridas y zonas semiáridas. Este tipo de simbiosis contribuye a la supervivencia de ambos socios en las duras condiciones que prevalecen en estas áreas.

El hongo suministra minerales (principalmente iones P) y agua a la planta anfitriona y, a cambio, el anfitrión entrega azucares para el hongo.

Las mejorer trufas del desierto conocidas son miembros de las Pezizaceae, que también incluyen la Terfezia boudieri, la Terfezia claveryi y la Tirmania nivea.

Estos hongos colonizan las raíces de las plantas de la familia Cistaceae, principalmente especies de Helianthemum, y forman cuerpos de frutas comestibles.

Registros encontrados en tabletas de arcilla que datan hace más de 4000 años indican que las trufas del desierto han sido consumidas por los pueblos desde la antigüedad.

Estas trufas son parientes de las conocidas y muy apreciadas Trufas europeas, que pertenecen a la familia Tuberaceae.

Entre ellas se destaca el «diamante negro «, es decir, la trufa de Perigord (Tuber melanosporum) y la blanca Alba (Tuber magnatum).

Tanto las Tuberaceae como las Pezizaceae son miembros de la orden de los Pezizales. Debido a su intensidad de aromas, las trufas pertenecientes al género Tuber se usan normalmente crudas, de manera similar a una especia añadida a un plato.

Por el contrario, las trufas del desierto son menos intensas en términos de sabores y generalmente se consumen cocidas.

El problema de estos manjares es que crecen de forma irregular, poco predecible y las simbiosis de los hongos con las plantas no siempre generan un fruto comestible. De ahí que en Europa para encontrar estas reliquias se usan los servicios de perros y chanchos.

Investigadores en Israel han logrado cultivar trufas comercialmente desérticas cuyo precio de mercado es muy atractivo para los productores, y han propuesto un método de cultivo que permitirá «domesticar» y predecir las cosechas de estos manjares.

Se estima que a diferencia de los altos precios de las trufas europeas, las trufas del desierto pueden valer entre USD 50 a USD 100 el kilo (dependiendo de las lluvias en cada temporada). A estos precios sigue siendo un cultivo muy rentable para los productores.

Conversando con LatamIsrael, el coordinador de campo del proyecto Ofer Guy nos contaba:

«Somos un equipo que viene trabajando durante los últimos 6 años en este proyecto. El equipo está dirigido por el profesor Yaron Sitrit de la universidad Ben Gurion (tenemos muchos socios científicos).

El proyecto fue financiado por el ministerio de ciencias y hoy por el ministerio de agricultura.

El avance en la investigación nos da la capacidad de cultivar los hongos en el laboratorio e «infectar» a la planta huésped con un alto porcentaje de éxito. una vez que logramos infectar a las plantas, pudimos re-plantar en el campo y obtener cuerpos de frutas comestibles.

Hubo otro gran progreso cuando empezamos a obtener rendimientos predecibles en campo por encima de 10 kilos por 1000 metros cuadrados que fue el cálculo económico que hicimos ya que la planta es cara debido al procedimiento.

Aún no hay agricultores poniendo en practica este método porque aún no sabemos el potencial de plantación y todavía estamos trabajando en cómo mantener el campo y mejorar la proliferación de los hongos.

Todavía no conocemos el potencial de rendimiento y cómo mantener la plantación durante muchos años. Tenemos que continuar investigando antes de poder entregar el conocimiento a los agricultores. Creo que en una temporada o dos, estaremos listos para comenzar con una granja semi comercial y una vez que esto ocurra, crearemos nuevos mercados y más personas sabrán y usarán este producto aun un tanto desconocido.

«

«Es la primera vez que se cultiva la trufa, una exquisitez tan codiciada en Medio Oriente y más allá». Los investigadores dicen que los agricultores podrán cosechar en áreas pequeñas con rendimientos sin precedentes para esta especie.

Tanto el hongo como su arbusto huésped requieren poca agua y ningún fertilizante, lo que hace que el cultivo sea potencialmente el cultivo agrícola más rentable de Israel.

El cultivo comercial de los agricultores israelíes puede comenzar quizás el próximo año.

Los beduinos en la región del Negev de Israel ocasionalmente pueden extraer pequeñas cantidades de la trufa del desierto con sus habilidades de rastreo. Pero el suministro es escaso, poco confiable y requiere mucha mano de obra.

 
 

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